Las saunas se han utilizado durante siglos para mejorar la salud y el bienestar. Desde los antiguos finlandeses que usaban la sauna en una choza llena de humo, hasta las saunas modernas con tecnología de infrarrojos, personas de todo el mundo están cosechando los beneficios del uso regular de la sauna. Pero, ¿qué es exactamente lo que hace que estos cuartos calientes sean tan beneficiosos?
En este artículo, exploraremos cómo funcionan los diferentes tipos de saunas y por qué pueden ser una parte importante de cualquier rutina de bienestar. Discutiremos algunos de los beneficios comprobados para la salud física y mental asociados con el uso regular de la sauna, así como consejos de seguridad que debe tener en cuenta antes de saltar a su propio baño de vapor personal. ¡Así que toma una toalla y sumérgete!
1. ¡Sudar!
El beneficio más obvio del uso de la sauna es que se llega a sudar. Cuando la temperatura en un sauna supera los 90 grados Fahrenheit, su cuerpo comienza a sudar profusamente. Esto ayuda a eliminar las toxinas de su sistema y limpia su piel. El calor también hace que los vasos sanguíneos cerca de la superficie de la piel se dilaten, lo que puede ayudar a mejorar la circulación y reducir la inflamación en todo el cuerpo.
Además, la sudoración ayuda a relajar los músculos y las articulaciones, aliviando el dolor asociado con la artritis u otras afecciones crónicas. Por ejemplo, un estudio encontró que el uso de la sauna ayudó a reducir la rigidez y el dolor en personas con dolor lumbar.
2. Mejora el estado de ánimo y la calidad del sueño
El uso regular de la sauna también puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y la calidad del sueño. El calor del sauna hace que tu cuerpo libere endorfinas, sustancias químicas producidas por el cerebro que son responsables de los sentimientos positivos. Esto puede ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad, al tiempo que proporciona una sensación general de relajación.
Además, las sesiones regulares de sauna se han relacionado con una mejor calidad del sueño, ya que ayuda a relajar el cuerpo antes de acostarse. Los estudios han demostrado que las personas que usaron saunas secas o de infrarrojos tres veces por semana reportaron una mejor calidad de sueño en comparación con aquellas que no usaron sauna en absoluto.
Además, el calor de un sauna puede ayudar a reducir el dolor, lo que puede facilitar el conciliar el sueño.
3. Aumentar la inmunidad
El uso de la sauna también se ha relacionado con un mejor funcionamiento del sistema inmunológico. La investigación sugiere que el uso regular de la sauna puede mejorar el recuento de glóbulos blancos y aumentar la producción de anticuerpos, lo que puede ayudar a mantener su cuerpo saludable y menos susceptible a enfermedades comunes como resfriados y gripe.
Además, los saunas frecuentes también pueden ayudar a acelerar el tiempo de recuperación en personas que ya están enfermas, ya que el calor ayuda a estimular la circulación en todo el cuerpo, lo que permite una entrega más rápida de nutrientes y medicamentos cuando es necesario. Este efecto es especialmente notable en las saunas de infrarrojos.
4. Mejorar la función cognitiva
El uso de la sauna también puede ayudar a mejorar la función cognitiva. Los estudios han encontrado que la relajación física y mental asociada con el uso regular de la sauna puede ayudar a mejorar el enfoque, la concentración e incluso la creatividad. Es probable que este efecto se deba al aumento de la circulación en todo el cuerpo, así como a la liberación de endorfinas por la exposición al calor.
Además, el uso regular de la sauna se ha relacionado con niveles más bajos de cortisol, lo que puede contribuir a mejorar el estado de ánimo y la concentración. Esto significa que el uso de la sauna puede ayudarlo a sentirse lleno de energía y productivo durante todo el día.
5. ¡Consiga su mente derecha!
Los saunas no solo son beneficiosos para la salud física, también pueden ser increíblemente útiles para el bienestar mental. Pasar tiempo en una sauna ofrece la oportunidad de relajarse y despejar la mente del estrés de la vida cotidiana. Esto puede reducir los sentimientos de ansiedad y depresión, mejorar la concentración e incluso ayudar con el insomnio.
Además de eso, la investigación ha demostrado que el uso regular de la sauna está asociado con mayores niveles de endorfinas en el cuerpo, las hormonas responsables de hacernos sentir bien.
6. ¡La seguridad es lo primero!
Por supuesto, a pesar de todos sus beneficios, es importante practicar la seguridad al usar una sauna. Cuando ingrese por primera vez a una sauna, comience con temperaturas más bajas y aumente gradualmente a medida que se acostumbre al calor.
Además, asegúrese de beber muchos líquidos antes y después de la sesión para evitar la deshidratación, así como comer algo ligero antes si lo desea. También es importante limitar la cantidad de tiempo en un sauna, ya que la exposición prolongada puede ser peligrosa.
Finalmente, consulte a su médico antes de probar una sauna si tiene alguna condición de salud.
En general, el uso regular de la sauna es una excelente manera de mejorar el bienestar físico y mental. Desde aliviar el dolor hasta aumentar su inmunidad, existen numerosos beneficios al usar una sauna con regularidad. Siempre que practique la seguridad y escuche a su cuerpo mientras está en la sauna, puede ser una herramienta increíblemente efectiva para mejorar su salud.